El serrucho Castellari está dotado de una hoja muy robusta y ligera.
Gracias al tratamiento con cromo duro resulta resistente a la herrumbre y a cualquier otro agente atmosférico.
Por eso es muy simple de limpiar cada vez que se termine un trabajo.
Además, la hoja está dotada de dientes afilados con precisión y endurecidos por impulsos: gracias a este tratamiento el serrucho tiene una duración muy larga y una gran capacidad de corte.
Gracias a las dos extremidades con ganchos, situados en la base y en la punta de la hoja, no se pierde la incisión durante el corte y por eso el trabajo es mucho más fácil.
El serrucho desliza en toda su longitud sin riesgo de que se saque de la incisión (con una pértiga tan larga sería muy difícil volver a posicionar el serrucho en la misma posición), así se consigue el máximo rendimiento.
Todos los serruchos que no tienen estos ganchos son incómodos de usar porque el serrucho se saca continuamente de la incisión.
Además, estas dos extremidades están dotadas de filo interno bien afilado.
Los ganchos del serrucho, que desliza en toda su longitud, chocan en la parte delantera y trasera de la corteza creando una incisión.
Gracias a estas incisiones, al terminar la operación de corte, la rama se tronchará a cercén sin causar daños permanentes en la corteza.