Hoy en día, esparcir el abono resulta ser una operación poco agradable para el operador, pero fundamental para la salud del campo o del césped.
De hecho, la fertilización del terreno es una práctica muy antigua; hasta mediados del siglo pasado, sólo se utilizaban abonos orgánicos, ya que eran más que suficientes para cubrir las necesidades de las fincas agrícolas.
Sin embargo, desde la década de 1950, el aumento de la demanda ha propiciado la aparición de los fertilizantes químicos y, por consiguiente, de nuevas herramientas de fertilización.
Por ello, el desarrollo tecnológico ha llevado a la fabricación de numerosas abonadoras que ofrecen un rendimiento cada vez mayor, como las abonadoras remolcadas.
Este tipo de abonadora consiste en un carrito equipado con un compartimento o una tolva, y dos ruedas con banda de rodadura para el desplazamiento.
El funcionamento es bastante sencillo, el chasis tiene unos hoyos que permiten al abono caer en el suelo gracias a la fuerza de gravedad. Sin embargo, antes de caer en el suelo el abono pasa a través de un plato giratorio que lo empuja hacia el terreno.
Estas herramientas pueden ser remolcadas fácilmente por tractores cortacésped a través de un cómodo enganche trasero, permitiendo al operador ahorrar tiempo y esfuerzo y trabajar mucho más rápidamente.
La fertilización es una de las principales técnicas utilizadas para aumentar la fertilidad del suelo.
Es una operación que proporciona al suelo los nutrientes necesarios para mejorar su fertilidad y satisfacer las necesidades nutricionales de los cultivos.
Por lo tanto, la fertilización regular permite un desarrollo sano y fuerte de las plantas.
Pero, ¿por qué el abono ayuda a las plantas?
Las plantas absorben todos los nutrientes importantes del suelo para poder producir hojas, flores o frutos.
Sin embargo, con el tiempo, el suelo pierde estas sustancias, provocando un follaje pálido y un crecimiento lento. Para evitarlo, se recomienda abonar regularmente para que las plantas se desarrollen de forma sana y frondosa.
Aquí están algunos de los nutrientes más importantes para el desarrollo de la planta: